RECUPERAR LA CAL PARA FACHADAS
- skyline-bolivia
- 1 may 2013
- 2 Min. de lectura

Un equipo de la Universidad de Sevilla, en España, ha ideado un nuevo método de restauración del patrimonio arquitectónico, basado en la actualización de los materiales empleados originalmente en su construcción, que mejora la protección sus fachadas ante el ‘ataque’ de acciones externas procedentes de la atmósfera como los gases contaminantes o la lluvia.
Este sistema, según apuntan los investigadores, también permite reducir el coste asociado a este tipo de reconstrucciones.
Este es el caso, por ejemplo, de los morteros de cal, cal hidráulica o jabelga (mezcla de cal, marmolina y agua), materiales hoy día muy abandonados por la industria y que garantizan, según los expertos, una mejor reconstrucción de los edificios históricos.
“En ocasiones, los productos utilizados actualmente en la restauración procedentes de la industria de los polímeros, no tienen la compatibilidad y durabilidad necesaria con los materiales originales, de forma que su efecto protector es menor e incluso nocivo ante agentes destructivos”, explica la investigadora principal del proyecto, Lola Robador
Un equipo de la Universidad de Sevilla, en España, ha ideado un nuevo método de restauración del patrimonio arquitectónico, basado en la actualización de los materiales empleados originalmente en su construcción, que mejora la protección sus fachadas ante el ‘ataque’ de acciones externas procedentes de la atmósfera como los gases contaminantes o la lluvia.
Este sistema, según apuntan los investigadores, también permite reducir el coste asociado a este tipo de reconstrucciones.
Este es el caso, por ejemplo, de los morteros de cal, cal hidráulica o jabelga (mezcla de cal, marmolina y agua), materiales hoy día muy abandonados por la industria y que garantizan, según los expertos, una mejor reconstrucción de los edificios históricos.
“En ocasiones, los productos utilizados actualmente en la restauración procedentes de la industria de los polímeros, no tienen la compatibilidad y durabilidad necesaria con los materiales originales, de forma que su efecto protector es menor e incluso nocivo ante agentes destructivos”, explica la investigadora principal del proyecto, Lola Robador
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